El pasado 21 de septiembre tuvo lugar el Día Mundial del Alzheimer, fecha proclamada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para concienciar sobre esta enfermedad, que afecta también a las personas cuidadoras y a los familiares de las personas que la padecen. La Residencia y Centro de Día “Roger de Llúria” de Reus, en Tarragona, servicio de titularidad pública de la Generalitat de Cataluña, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y el Grupo Lagunduz, realizó una actividad con muy buena acogida por parte de las personas mayores participantes.
La enfermedad de alzheimer se considera la nueva epidemia del siglo XXI, representando el 70% de los casos de demencia. Se estima que para el año 2050 el número de personas con alzheimer ascienda a 131.5 millones, según señala la OMS.
Con motivo de esta celebración, en la Fundación Salud y Comunidad llevamos años realizando diversas actividades de sensibilización en los centros que gestionamos, para informar y tratar de concienciar, entre otros aspectos de interés, sobre la importancia del diagnóstico e intervención precoz para detener o retrasar el avance de la enfermedad del olvido.
El alzheimer es una enfermedad que afecta a un gran porcentaje de las personas que atendemos y que conlleva un impacto emocional muy importante en sus familiares que perciben el grave e irreversible deterioro físico y mental de su familiar en un breve periodo de tiempo.
En esta ocasión, queremos trasladaros la actividad realizada en la Residencia y Centro de Día “Roger de Llúria” de Reus con motivo de este día y para ello, hemos hablado con Laura Romero, coordinadora del Área Psicosocial del servicio. “Para celebrar este día, nos reunimos en círculo para podernos ver mejor, compartir y conversar, realizando una actividad conjunta que consistió en dibujar en un mural grande las raíces de un árbol, de modo que las personas residentes iban dejando en el mismo la huella de su mano, impregnada en pintura”.
“Seguidamente -continúa- iban poniendo hojas sobre estas huellas, a la vez que explicaban y compartían un recuerdo de su infancia y de la edad adulta, utilizando para ello diferentes colores de pintura. Con los colores naranja y rojo quisimos simbolizar recuerdos poco agradables y con los colores amarillo y verde, recuerdos que eran bonitos de recordar. Juntos creamos un árbol de los recuerdos”, explica Laura Romero.
A través de esta actividad, se trabajó la interacción entre los usuarios/as que participaron en la misma, así como la estimulación cognitiva y el ejercicio mental. Finalmente, se visualizó un vídeo, con el objetivo de tratar de generar mayor sensibilización hacia esta enfermedad entre todas las personas presentes.
Según señala la OMS, por el momento no existe un tratamiento para prevenir esta enfermedad ni para frenar el avance, pero si se pueden realizar rutinas y actividades para retrasar el deterioro que causa.
Aunque no hay evidencias científicas, se considera que el origen de la enfermedad del alzheimer se debe a una combinación de factores de riesgo, algunos de ellos no modificables, como la edad o la genética.
Pero sí que existen algunos factores modificables, de estilo de vida, que pueden reducir entre un 70% y un 80% la presencia del alzheimer, como disminuir el consumo de grasas saturadas; hacer de las verduras, frutas, legumbres la base de la pirámide alimenticia; realizar actividades de estimulación mental o mantenerse activo físicamente.