La celebración del carnaval y otras festividades tiene efectos terapéuticos en las personas mayores, tanto a nivel físico y funcional como psicológico, como ha quedado demostrado recientemente en la Residencia y Centro de Día “Roger de Llúria” de Reus, en Tarragona. El servicio, de titularidad pública de la Generalitat de Cataluña, gestionado y dirigido por el Grupo Lagunduz y la Fundación Salud y Comunidad (FSC), celebró el pasado 25 de febrero esta fiesta popular, con muy buena acogida por parte de las personas mayores.

Los usuarios/as del servicio, así como los trabajadores/as, se disfrazaron de hippies y disfrutaron de una magnífica mañana, acompañados de música de la época y realizando juegos tradicionales. Con el carnaval, se celebró una festividad y tradición de nuestra cultura, aprovechándose esta fiesta en el centro, además, para trabajar distintos aspectos con las personas mayores.

El objetivo de esta celebración fue que las personas mayores participaran en una actividad adaptada a ellas, fomentando con ello las relaciones sociales en el servicio, al tiempo que se trabajaba la memoria o la creatividad, ayudando a prevenir el deterioro cognitivo y a tener una vida más saludable.

Previamente, y entre todos ellos/as, decidieron la temática del disfraz de carnaval que iba dar vida a la fiesta. Para ello, se realizó una lluvia de ideas y se nombraron disfraces originales, unos más complejos y otros más divertidos, en recuerdo a tiempos pasados. Una vez se decidió el disfraz que se iba a confeccionar y a llevar, y para empezar a recrearse en la época, las personas mayores vieron diferentes imágenes y escucharon las canciones más populares de los años 60.

Con ello, se buscó trabajar la memoria, ya que “los usuarios/as recordaban y relataban cómo celebraban ellos/as el carnaval antes, quién confeccionaba los vestidos y atuendos, con quiénes acudían a la fiesta, qué disfraces llevaban (ellos/as y sus familiares y amigos/as), entre otros aspectos”, señalan desde la Residencia y Centro de Día “Roger de Llúria” de Reus.

Cabe destacar que, una vez creado este ambiente previo a la fiesta, semanas antes de la celebración del carnaval, las personas mayores usuarias del servicio empezaron a participar activamente en la realización de los disfraces. Comenzaron por pintar accesorios hippies (flores, símbolos de paz y caras sonrientes de distintos tamaños) y “con ello, no solo se fomentó la motricidad fina, sino que se trabajó la atención (ya que en algunos dibujos tenían que pintar, de acuerdo con un número y ese número indicaba un color)”, nos explica el equipo profesional del centro.

Por otra parte, decidieron qué tipo de photocall querían crear y posteriormente disfrutar. “Les dimos diferentes opciones, de las cuales escogieron una furgoneta hippie, que una vez diseñada, ellos/as decoraron. Una vez pintados todos los dibujos hippies, los usuarios/as se encargaron de recortarlos. Lo siguiente fue recortar los trajes, elegimos realizar chalecos y cintas de pelo, el equipo psicosocial dibujó los patrones en bolsas de basura y las personas mayores las recortaron. Con ello, se trabajó la coordinación bimanual, la coordinación óculo-manual, la motricidad fina y la atención”, nos trasladan desde el centro.

La actividad de decoración de trajes finalizó con la realización de diferentes actividades manuales: pegando los complementos que los usuarios/as habían pintado y trabajado, haciendo collares, decorando los trajes y las tiaras, así como realizando el photocall de la furgoneta, llegando por fin este día tan esperado.

Un día lleno de diversión y de baile. Las personas mayores, usuarias del servicio, se disfrazaron, bailaron y disfrutaron, al ritmo de la música de siempre, recuperando el carnaval, tras largos meses de pandemia.